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5 agosto, 2020

¿Aló, King? Uruguay Graffigna, el histórico canario que terminó jugando de volante y hasta de central

Uno de los grandes jugadores que ha quedado marcado a fuego en la historia de San Luis de Quillota es Uruguay Graffigna Banhoffer. Él, delantero, como no uruguayo tal como lo dice su nombre de bautizo, es el tercer goleador histórico del Club con 72 goles, ganó dos títulos vestido de amarillo en 1980 y además consiguió el ascenso de 1983. Más encima se enamoró de la ciudad radicándose para siempre aquí, en nuestra hermosa tierra.

Hablar de su carrera es hablar de éxitos. Llegó en 1968 a Unión La Calera pero no fichó, llegando a sin dudas su mejor acierto: San Luis. De ahí, Unión San Felipe en 1971 para ser inéditamente campeón en Primera División y clasificar a Copa Libertadores. Unión Española, Pachuca de México, Los Ángeles Aztecs de la MLS y el Pec Zwolle de Holanda para ser campeón del ascenso e ídolo, donde incluso el 2017 se le realizó un homenaje en cancha. Para ya el fin de su carrera, volvió a lo que consideró su casa para salir campeón y vivir de todo.

Y es en esta época, ya en el final de su carrera, cuando aparece la impronta de DON Uruguay Graffigna. Con una dilatada trayectoria en sus espaldas, llega el 80´ nuevamente a San Luis de Quillota para liderar un plantel famoso por la calidad de sus jugadores. Sin embargo, en Primera División el equipo duró poco, y allí nuevamente comenzó a pelear para volver a la élite. Y ahí seguía él.

En 1983, bajo el mando de Alicel Belmar, el equipo canario fue durante todo el año protagonista del ascenso nacional. En el primer semestre, clasificó a la «Súper Liguilla de la Copa Polla Gol» junto a Huachipato, Cobresal y Coquimbo Unido. El ganador de aquella fase ascendía directamente a Primera División.

Los dos primeros partidos de aquella liguilla jugada en el Estadio Santa Laura fueron ante Huachipato y Cobresal. Ambos equipos contaban entre sus filas con dos potentes delanteros, feroces en el juego aéreo. Ahí es cuando el Director Técnico Canario recurre a la experiencia, sapiencia y sacrificio de Graffigna, quien contaba con un destacadísimo juego aéreo.

«En esos dos partidos,  Alicel Belmar usó al «viejo» de stopper y lo utilizó básicamente porque el centrodelantero de Cobresal era Nelson Pedetti y el centrodelantero de Huachipato era Horacio Italiano, los dos paisanos, uruguayos, entonces como el viejo iba bien arriba y era ordenado para jugar, jugó de central esos dos primeros partidos», explica José Graffigna, uno de los tres hijos, además de Álvaro y Denis, que Uruguay tuvo junto a Lilian Montes, el amor de su vida.

Con 35 años, y con un recorrido digno de admirar, Uruguay Graffigna fue capaz de ponerse al servicio del equipo ocupando una posición inédita. Sin embargo, su mismo retoño se encarga de contarnos que no fue la única vez.

«Lo otro curioso es que cuando se lesionaba Luis «Chacuca» Vidal, el viejo tenía que jugar algunos partidos de líbero, el entrenador entendía que el viejo era ordenado, entendía el juego, sabía la posición. Yo lo acompañé en esos partidos, él entendía que era útil en esa posición y obviamente sentía que podía aportar, así que no tenía ningún problema en hacerlo. Alicel Belmar lo tenía como un referente del equipo»

La figura de Uruguay era tanta, que tras jugar aquellos partidos ante Cobresal y Huachipato, ambos con empate, volvió a jugar en el mediocampo e hizo el primer gol en el triunfo dos a uno ante Coquimbo Unido. Finalmente aquella liguilla  fue ganada por Huachipato, pero San Luis de Quillota mostró sus pergaminos terminando invicto en el segundo lugar y obteniendo un punto de bonificación para el torneo venidero.

EL ASCENSO CON EL CANARIO

Con el punto de bonificación, los canarios siguieron luchando para ascender . Aquel año, ya en 1984 cuando los torneos terminaban en el verano, San Luis de Quillota terminó segundo tras Cobresal, ascendiendo finalmente a Primera División.

El aporte de Uruguay Graffigna fue tan significativo aquel campeonato que jugando de mediocampista anotó un total de 12 goles, siendo clave en el ascenso gracias a su liderazgo y polifuncionalidad.

Su último partido con el canario fue un 16 de abril de 1984 en el tres a cero ante Ovalle, confirmando así el ascenso a la élite del Fútbol Chileno. El primer gol de aquel duelo fue marcado por Jorge Pérez en el minuto 31, y en el minuto 63 con su mejor expediente, el cabezazo, Uruguay Graffigna se despidió para siempre del club de sus amores.

Tres años después, ya como Director Técnico, el histórico asume nuevas responsabilidades dirigiendo al Canario en Primera División, entregando así lo mejor de si para la institución que lleva en su corazón hasta el día de hoy.

Hasta antes de la pandemia, Uruguay vivía sus días acompañado de su familia yendo al estadio para alentar a San Luis, presente siempre en el centro de Quillota donde recibía día a día el cariño de la gente que sigue agradeciendo y recordando el legado de quizás uno de los jugadores que mayor garra ha mostrado vistiendo la camiseta de San Luis.

Y en nuestro estadio, con su carné de jugador histórico vitalicio  lo seguimos esperando para que nos siga alentado ahora desde la galería, desde su tierra, aquella que adoptó como suya para toda la vida.

Prensa San Luis de Quillota / Patricio Villarroel Bernal
Aportes históricos de José Graffigna Montes y famlia / Francisco Manzo Baeza